Presidente del Concejo Municipal de Girardota sigue respirando por la herida y obstruye votación por el Plan de Desarrollo

El Concejo Municipal de Girardota ha sido testigo de una preocupante obstrucción al progreso del municipio, encabezada por el presidente del Concejo, Juan Ignacio Torres, junto con los concejales Sebastián Zapata y Daniel Orozco.

Durante la reciente sesión destinada a la aprobación del plan de desarrollo, estos tres concejales se empeñaron en dilatar los procedimientos hasta la medianoche sin permitir ninguna votación, bloqueando así un proyecto vital para el futuro de Girardota.

Esta táctica obstruccionista no solo frustra los esfuerzos de desarrollo, sino que también viola las normativas internas del Concejo Municipal.

La figura de la suficiente ilustración, una herramienta aprobada por el mismo Concejo para asegurar que los debates sean concluyentes y se proceda a la votación, fue ignorada.

Según esta figura, una vez se considera que se ha discutido lo suficiente, el debate debe cerrarse y someterse a votación. Sin embargo, Torres, Zapata y Orozco desatendieron esta normativa, impidiendo que los demás concejales ejercieran su derecho a votar sobre el plan de desarrollo.

Esta maniobra no solo es antidemocrática, sino que también priva a los ciudadanos de Girardota de los beneficios que el plan de desarrollo prometía.

Proyectos de infraestructura, seguridad y mejora de la calidad de vida quedaron en el limbo debido a la obstinación de estos concejales. La sesión, que debía ser un espacio para avanzar en el bienestar del municipio, se convirtió en un escenario de bloqueo y retraso, y peor aún, en una herida abierta tras haber perdido la alcaldía en las pasadas elecciones.

Ante esta situación, se planea presentar una queja formal ante la Procuraduría General de la Nación por omisión de funciones y por desatender las normativas del reglamento del Concejo. La comunidad de Girardota merece que sus representantes trabajen en su beneficio, respetando los procedimientos democráticos y normativos establecidos.

La actitud del presidente del Concejo, Juan Ignacio Torres, y sus aliados, no solo impide el progreso, sino que también socava la confianza en las instituciones democráticas locales, por lo que es crucial que las autoridades competentes tomen medidas para garantizar que tales acciones no queden impunes y que se respete la voluntad democrática y el bienestar de la comunidad girardotana.

El desarrollo de Girardota no puede esperar más. Los ciudadanos demandan y merecen que sus líderes actúen con responsabilidad y compromiso, y no desde la rabia por haber perdido y no haber podido continuar las marramucias del exalcalde, Diego Agudelo Torres, primo del presidente del Concejo.

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