Opinión: ¿Por qué el ingeniero es la mejor opción para competir contra Gustavo Petro? Por Diego Silva
El ingeniero Rodolfo Hernández arrancó hace varios años su campaña presidencial. Hace unos meses fue detectado por los medios de comunicación y, después de desaparecerlo del debate con una mediocre apuesta de invisibilización y de ponernos a elegir de nuevo entre dos polos supuestamente extremos, se vieron obligados a volver a incluir a Rodolfo Hernández en la conversación.
Lo anterior, dado que las encuestas empezaron a marcar una tendencia que veíamos quienes conocíamos o, al menos, habíamos puesto atención en la forma de hacer política de Hernández en las dos elecciones previas en las que ha participado (una como candidato directo a la Alcaldía de Bucaramanga y otra en la que fue el encargado de hacer que ganara en Bucaramanga “el que dijo Rodolfo Hernández”).
Considero que el ingeniero es la mejor opción para encarar una gran campaña presidencial junto a Gustavo Petro por varias razones.
1. Representa el nuevo país que viene años formándose
Alguna vez, en la Universidad Industrial de Santander, un senador de la República increpó a los estudiantes: “¿Ustedes saben que este lugar es un error histórico?” Los estudiantes se miraron asombrados. El senador continuó diciendo que era un error histórico de los grupos poderosos del país que la construyeron creyendo que les iban a servir para mantener sus cuadros directivos y operativos en sus empresas de pequeña escala extractiva.
“Pero —dijo el senador— lo que terminó sucediendo es que las universidades públicas se convirtieron en los epicentros de una nueva generación de colombianos, una generación que iba aprender a hacer algo y ese algo le iba a permitir lo que nunca habían tenido permitido en la Colombia del pasado: hacerse ricos”.
El ingeniero (que no es doctor, sino ingeniero de la Universidad Nacional de Colombia) representa claramente la primera generación de esos héroes, y afortunadamente en Colombia abundan muchos que aprendieron a hacer algo y han dedicado su vida entera a generar riqueza a partir de ese conocimiento.
2. El ingeniero tiene un planteamiento político sencillo, claro y contundente
Aunque las grandes operadoras de noticias, y especialmente de opinadores del país, se empeñaron en decir que “el viejito” no tenía propuestas y que eso era “una vergüenza”, el plan de gobierno de Rodolfo Hernández es sumamente claro, preciso y contundente.
¿Es una “vergüenza” y una lástima que tengamos que tener un programa de gobierno donde los embajadores y cónsules no serán hermanos ni primos de senadores ni se irán a hacer maestrías con recursos públicos? ¿Es “vergonzoso” decir que el 70 % de los funcionarios de una alcaldía no tienen mayor función que la de coger una fracción de su sueldo y llevarla a los politiqueros de turno? ¿Es una “vergüenza” afirmar que los gobiernos no les van a pasar grandes cantidades de dinero a unas organizaciones llamadas “medios de comunicación” para lavar sus imágenes?
Puede ser vergonzoso, pero es revolucionario.
Es desafortunadamente el principal cambio, si no el único, que requiere Colombia para poder empezar a hablar de metros, economías creativas, túneles, calidad de vida y mitigación de la pobreza: “acabar la robadera”.
Por muchos años, han existido miles de seres humanos que cometen estos actos en detrimento del principio fundamental de un Estado: recolectar impuestos para ponerlos a disposición de la provisión de bienes públicos.
Peor aún, muchos que lo saben y no dicen ni hacen nada, por el contrario, disfrutan “las mieles” de ser amigos de esos ladrones.
Es más, el establecimiento, entendido como el poder ya decantado, no roba de esa forma en la actualidad; simplemente modifica un par de leyes o bloquea la entrada al país de competencia y con eso es suficiente para perpetuar sus beneficios en detrimento del capitalismo, entendido como libre competencia y procesos profundos de ciencia y tecnología.
Si el país no ha vivido el capitalismo en su faceta más contemporánea, yo todavía no entiendo qué es lo que dicen que Petro va a terminar; por ahora, lo único que veo es que Petro pretende acabar el sistema semiesclavista, feudal y servil que se vive en Colombia, pero estoy convencido de que el ingeniero tiene más capacidad de hacerlo realidad que Gustavo Petro. Mientras Petro sabe mucho del “qué”, el ingeniero (como buen ingeniero) tiene una clara propuesta sobre el “cómo”, y eso es mucho más poderoso.
Así, la sencillez del argumento del ingeniero radica en lo que fue su primer movimiento político. Lógica: se debe gobernar con la fuerza de la razón, del argumento, de lo mejor que nos dé el conocimiento. Ética: es imperdonable que las personas encargadas de administrar los recursos públicos se roben los impuestos y lo hagan sistemáticamente y de manera coordinada. Y estética: el poder de la belleza en la transformación de una sociedad.
Por eso insiste en que no robará, en que no engañará y que no mentirá, todo sintetizado en que no nos va a traicionar. Es un plan de gobierno imposible de mejorar y los otros candidatos están lejos de prometer eso; y más, de cumplirlo..
3. La independencia como bandera
En un escenario Petro contra Hernández, el Establecimiento llegaría sin candidato títere, pues el mayor titiritero no es Uribe, sino que son los millonarios de nuestro país como el grupo Santodomingo.
Y una contienda entre Gustavo Petro y el ingeniero Rodolfo Hernández nos daría por primera vez el delicioso sabor a libertad que tanto hemos anhelado en este país desde hace muchos años.
Momento que la Constitución de 1991 nos puso a soñar, dada la factibilidad que le imprimió la Carta Magna al deseo de ser un nuevo, mejor y más equitativo país, con una clara construcción de democracia que abandonara nuestro antiguo régimen partidario, clientelista y liderado por los poderosos de siempre.
FUENTE: LA SILLA VACIA