Por: Jesús Mora Díaz
Hoy Colombia transita por un momento político de carácter crucial. Si toma la ruta hacia la izquierda terminará el recorrido en un barranco de pobreza y deslegitimación de la democracia, continuemos por la senda democrática y divisaremos muy pronto mayor bienestar social, pluralidad política y preservación de la institucionalidad.
Gustavo Petro, es un agente que personifica y promueve el odio social, sus propuestas van encaminadas al deterioro del tejido empresarial, crean una ilusión óptica, donde se muestra al empresariado y la ganadería como entes victimarios y generadores de desigualdad social, cuando es totalmente errada esta visión.
Una prueba fidedigna del accionar maquiavélico y destructivo que enmarca el proceder de Petro, fue el pasado paro nacional, que en síntesis no fue más que una toma guerrillera a escala nacional, la economía se vio estancada en ese lapso, atropellos y desmoralización de las fuerzas del orden, privación al derecho de la movilidad y hasta causal de la muerte de niños.
Lastimosamente ese paro, nos sirve para divisar el potencial destructivo que emana la izquierda nauseabunda en cabeza de Petro. Ese paro armado, no fue más que el tráiler de la película que se mostrará en todas los escenarios del territorio nacional, si en el peor de los caso Gustavo Petro es elegido presidente.
Como buenos patriotas, debemos abogar y apoyar la unidad de la derecha para derrotar en las urnas la amenaza que representa el exguerrillero para la preservación y continuidad de la democracia. Nagar la fuerza que acompaña al candidato de: «la coalición narcoterrorismo – populismo de izquierda» sería una falta.
El odio petrista, solo puede ser combatido con cohesión y voluntad política de los líderes que hoy representan la derecha pura, si nos dejamos llevar por los egos, quizás estas sean las últimas elecciones transparentes y participativas de las que volvamos a tener registro en territorio colombiano.
El camino es la unidad. #OjoConEl22