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Por: Johanna Rodriguez
se escuchan voces de inconformidad en el país, jóvenes “revolucionarios” viven comparando a Colombia con Suiza, Francia, Alemania, y encuentran a Colombia como un terreno baldío donde los “revolucionarios“ no son dignos de vivir, alegan que su existencia es tan fabulosa que deben estar pastando en mejores tierras. Insistiendo que con un chasquido de dedos colocando en la presidencia a un líder político populista que no se ha desmovilizado les va a cambiar la vida; la mentalidad opacada hace ver un dios en cada piedra, y es que algo que tenemos los seres humanos es que somos buenos en delegar responsabilidad pero jamás derechos, se ven en las calles las malas protestas donde gritan a viva voz todos sus derechos; derecho a la salud, al aborto, a tener casa gratis, comida gratis, y demás, pero no se escucha con ese mismo ímpetu las responsabilidades a las que también deberían hacer parte.
No, no es chasquear los dedos y mucho menos colocar a un mesías hampón de presidente, no, la cosa va más allá. Resulta que todos somos parte de esto y si queremos tener una nación con; oportunidad, derechos, democracia, educación, salud y demás y todo cuanto se nos ocurra debemos trabajar todos colocando nuestro grano de arena por muy cliché que suene, todo es una cadena y resulta que de su evolución interna depende también la social, eso quiere decir y dando una pequeña explicación, si usted cría malos hijos que cree que van a salir a hacer en la sociedad, si usted arroja basuras en las calles, esto daña el planeta.
Ahora un poco más profundo, si usted no se apersona de su vida como pretende que lo debe de tomar el país, al gobierno de turno le tocaría empezar a implementar herramientas hasta para mascar y darle en la boca, para que un país avance y sea potencia lamento decepcionar y decirle que sí, debe tener orden, disciplina, constancia, laboriosidad. Lo siento no me gusta engañar a la gente como los mesías modernos politiqueros que le dicen al vulgo que con un chasquido de dedos la nación podrá igualarse a suiza. Ahí falta construcción intelectual.