La realidad de la primera línea

 

¿Que es realmente la llamada “Primera línea” ?, para muchos, es un grupo de jóvenes que resisten ante la supuesta “agresión y represión violenta de la protesta por parte del gobierno nacional”, para otros, un simple grupo que busca alzar su voz, expresando su descontento por la situación política, social, y económica en la que se encuentra actualmente Colombia. Sin embargo, los sucesos que se han desarrollado en varias regiones del territorio nacional evidencian la verdadera cara y propósito de este grupo organizado que ha ocupado los titulares de distintos medios de comunicación en las últimas semanas.

 

Hechos contundentes como las diferentes capturas en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Cali, Medellín y Pereira a integrantes de la primera línea por vandalismo y agresión y de los cuales existen denuncias previas vinculadas a violencia intrafamiliar, porte ilegal de armas de fuego, hurto calificado, violencia contra servidor público y homicidio agravado. Hacen reflexionar como este grupo de delincuentes, con el apoyo de diferentes líderes políticos, principalmente del movimiento Colombia Humana no son más que una milicia que busca deslegitimar a las autoridades, buscando hacer oposición al gobierno desde las calles y por la vía armada.

 

Ejemplos respecto a esto, son las más de 134 capturas en todo el país desde el inicio de las protestas en el mes de mayo, donde estarían involucrados miembros de esta estructura. En el Valle se realizaron un total de 8 capturas por la tortura y secuestro a diferentes miembros del ESMAD, los cuales fueron afectados de forma física y psicológica y retenidos por varias horas en condiciones deplorables. De esta misma forma, la expulsión del país de Rebecca Linda Marlene Sprößer, integrante alemana de la Primera Línea por adelantar actividades que no tenían que ver con su condición de turista, las cuales estarían afectando el orden y la tranquilidad ciudadana, según explicó migración Colombia el miércoles de la presente semana.

Estos hechos reflejan la necesidad de tomar medidas contundentes ante este tipo de organizaciones criminales, las cuales se escudan bajo la denominación de “protestantes” para deslegitimar la institucionalidad en el país y crear caos entre la ciudadanía. Es indispensable que tanto las autoridades, como las diferentes administraciones sean contundentes para evitar la expansión y promoción de este tipo de estructuras. De esta misma forma, se debe de castigar de forma inmediata los diferentes líderes políticos que han sido participes del mantenimiento de la Primera Línea, generando un mensaje de complicidad ante la delincuencia y aumentando la incertidumbre entre los ciudadanos. No es posible que nuestros representantes políticos sean cómplices de la criminalidad y la ilegalidad, es indispensable realizar una regulación sobre la protesta en Colombia, donde no se utilice este derecho para pasar sobre los derechos de las totalidades de los colombianos.

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