Iván Cepeda vocero de las FARC

Iván Cepeda, alias ‘Don Iván’ es sin duda alguna el único colombiano que abierta y descaradamente pude fungir como vocero de un grupo de narcotraficantes, sin que la justicia -a la que él gobierna- le toque un solo pelo.

No viene al caso hacer una vez más el recuento puntual de las acciones emprendidas por ‘Don Iván’ con miras a favorecer al extraditable ‘Sántrich’, de lejos uno de los narcotraficantes más peligrosos y buscados del plantea y por quien el gobierno de los Estados Unidos ofrece una jugosa recompensa de U$10 millones de dólares.

Es suficientemente grave que Cepeda haya sido la persona que hizo lobby ante la JEP -tribunal que es una extensión de sus ONG- para agenciar la liberación de ‘Sántrich’ como paso previo a su fuga.

Hoy, el capo se encuentra bajo la protección de la dictadura venezolana, esa misma que tanto ha defendido el senador Cepeda Castro. Está en compañía de otro jefe del narcotráfico, el también extraditable ‘Iván Márquez’, otro contertulio de Cepeda.

El país debe recordar la nauseabunda escena de la llamada de ‘Márquez’ a Cepeda en pleno debate en el Senado durante la aprobación de las leyes vía fast track, normas que tenían el claro objetivo de favorecer a las Farc. En pocas palabras, ‘Don Iván’ prestó su credencial de senador para favorecer a una banda terrorista.

El exfiscal Néstor Humberto Martínez es considerado como uno de los peores enemigos que tiene la extrema izquierda narcotraficante. Basta con revisar los términos que utilizan los voceros y aliados de la mafia para referirse a él. Uno de ellos, el abogado de las Farc y de ‘Sántrich’, el comunista español Enrique Santiago.

Cepeda es otro de los más aguerridos enemigos de Martínez Neira. Lo acusa de haber “entrampado” a su amigo, aliado y compañero ‘Jesús Sántrich’, a la vez que anuncia nuevas acciones judiciales en contra suya. ¿Por qué tanta preocupación de Cepeda por defender los intereses de un mafioso? ¿Acaso el senador aliado de las Farc ha seguido en contacto con ‘Sántrich’ y ‘Márquez’ luego de que esos delincuentes volvieron a la clandestinidad?

Las evidencias de que esos dos terroristas son los líderes naturales del brazo armado -y mafioso- de las Farc son incontrovertibles, razón por la que resulta perfectamente estrambótico que un parlamentario asuma la defensa política de esas personas, cuando debería estar repudiándolos y exigiendo su inmediato sometimiento a la justicia de los Estados Unidos, donde deberán responder por múltiples crímenes, lo que les significará una sanción penal vitalicia.

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