Jesús Santrich, ni ciego ni desvalido

Podría ser una conmovedora historia de abuso contra un invidente. Por lo menos, así pretenden presentarlo algunos sectores de la extrema izquierda, con la ayuda de El Espectador, diario que cada día se parece más al boletín informativo de una ONG.

Se trata del caso del narcotraficante de las Farc, alias ‘Jesús Sántrich’, por quien la justicia de los Estados Unidos ofrece una de las más altas recompensas de la historia de ese país: U$10 millones de dólares.

La tesis de los abogados de oficio del capo parte de la base de un supuesto “entrampamiento”, dando a entender que la fiscalía y la DEA pusieron en las manos del desvalido cieguito un alijo de cocaína, conduciéndolo así a la operación que culminó en su captura en abril de 2018.

Señalan al exfiscal general, Néstor Humberto Martínez de haber urdido el montaje con el fin de “torpedear al proceso de paz”.

Desde el mismo instante de la captura de Sántrich, se dijo que aquella se había producido en el marco de una operación encubierta en la que hubo participación de la DEA.

El caso tuvo un origen que no estaba relacionado con el tráfico de estupefacientes. En efecto, la fiscalía general recibió una denuncia respecto de actos de corrupción en el manejo de los recursos para financiar proyectos productivos de los terroristas de las Farc.

En el desarrollo de la investigación, los agentes del CTI descubrieron que ‘Sántrich’ y su compinche Marlon Marín -hoy testigo protegido de la justicia norteamericana- estaban negociando un cargamento de drogas con dos narcotraficantes más: Fabio Younes y Armando Gómez España, este último un reconocido capo involucrado en actividades ilícitas desde hace más de 30 años.

De inmediato, se puso en marcha el plan que desembocó en la captura de la banda, con las consecuencias que el país conoce.

¿Acaso las autoridades le pusieron una pistola en la cabeza a ‘Sántrich’ para que hablara del alijo de cocaína que planeaba traficar con el peligroso cartel mexicano que lidera Rafael Caro Quintero? ¿Olvidan los defensores del narcotráfico, liderados por el peligroso jefe comunista Enrique Santiago, el cuadro con la sentida dedicatoria que Sántrich le envió a Caro, refiriéndose a él como ‘Don Rafa’?

Claro que ese episodio fue una carga de profundidad al proceso con la banda terrorista de las Farc, pero quien la soltó no fue el exfiscal Martínez Neira, sino el propio ‘Sántrich’, por no hablar de la responsabilidad que en ese episodio tienen otros cabecillas de las Farc, como ‘Timochenko’ y ‘Don Iván’.

No gozan de verosimilitud las lamentaciones ni los señalamientos de los voceros de la mafia que se disfrazan de políticos o periodistas. Nadie engañó a ‘Sántrich’. Él estaba participando en un negocio ilícito y fue capturado en flagrancia.

El cinismo de los que abogan por ese narcotraficante es oceánico. Intentan confundir a la opinión pública sin posibilidades de éxito. No podrán alegar que las imágenes en las que el extraditable por el que desviven aparece con amenazantes armas en su poder, también es un “entrampamiento”.

A las cosas hay que llamarlas por su nombre, sin matices de ninguna naturaleza. Tanto ‘Sántrich’ como ‘Márquez’, ‘Carlos Antonio Lozada’ y demás delincuentes de las Farc, son peligrosos capos del narcotráfico que construyeron un supuesto proceso de paz con Juan Manuel Santos con el fin de legalizar su fortuna y continuar traficando con el beneplácito del gobierno de la época.

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