Deyanira Gómez, pieza clave para esclarecer falsedad del testimonio de Juan Guillermo Monsalve
Una serie de irregularidades siguen rondando el caso que involucra al testigo estrella, que la Corte Suprema de Justicia disponía en el proceso contra el expresidente Álvaro Uribe. El testimonio de Juan Guillermo Monsalve se constituía como la prueba reina con la que contaba el Tribunal Supremo, y de la que supuestamente, se desprenderían todas las demás pruebas, con el fin de aclarar la verdad sobre los delitos de falsos testimonio y fraude procesal contra el exsenador.
Sin embargo, han aparecido en el panorama nuevos indicios que cuestionarían la verdad del proceso como nos la han querido mostrar, y que serviría para probar, de una vez por todas, todo el andamiaje falaz y construido, que se desliga de este cartel de testigos, cuyos falsos testimonios son intercambiados por fincas y/o altas sumas de dinero.
Es el caso de la esposa de delincuente, Juan Guillermo Monsalve, Deyanira Gómez, quien se descubrió recientemente, que jugaría un papel protagónico de mayor incidencia en esta novela, del que se pensaba en un principio.
Gracias a una investigación adelantada por Revista Semana y la reconocida periodista Salud Hernández Mora, todos los colombianos empezaron a conocer cómo se empezó a fraguar esta cruzada mediática, que como al mejor estilo de Nicolás Maquiavelo, dejaba ver que el fin justificaba los medios, y que no importaba hacerse a declaraciones o falsos testigos, pues lo más importante era seguir con el firme propósito de ver a Álvaro Uribe tras las rejas.
Sin embargo, en un giro completamente predecible, se ha empezado a desbaratar su estructura engañosa y fraudulenta para controvertir los hechos y dar cuenta de que las cosas caen por su propio peso.
Deyanira Gómez ha pasado de ser una colombiana que vivía en el completo anonimato, a convertirse en la ficha que jugaría un papel preponderante y decisivo en el esclarecimiento del caso en el que está involucrado su esposo, Juan Guillermo Monsalve. De acuerdo a las investigaciones, Monsalve era “propietario” de una finca ubicada en el municipio de Apia, Risaralda. Un vasto terreno de 20 hectáreas y 6.000 metros cuadrados, el cual fue bautizado con el nombre de “La Veranera”, empero la verdad documental era otra.
La historia de este predio data de 2016, cuando Deyanira, Gómez esposa del testigo se hizo acreedora de la mitad de la propiedad, de la que se conoce obtuvo por la suma de 27 millones de pesos mientras al mismo tiempo era embargada por el pago de un vehículo. Dos años después, en 2018 la madre de Juan Guillermo, Luz Marina Pineda, compró la mitad faltante por la misma cifra, quedando la adquisición del predio, en su totalidad, en propiedad de toda la familia Monsalve.
A pesar de figurar en las escrituras con un valor total de más o menos 54 millones de pesos, personas allegadas al lugar afirman que la finca podría estar avaluada en más de 380 millones de pesos. Lo que de cierta manera concordaría con la versión de su padre quien ha manifestado que el terreno está en venta y estaría pidiendo por su compra, unos 460 millones de pesos. Generan cualquier tipo de suspicacias el origen de la obtención de los dineros para hacerse a un predio de estas proporciones, considerando que la compra del mismo se hizo mientras se adelantaban las investigaciones judiciales contra el expresidente Uribe.
De igual manera, el testimonio de Enrique Pardo sería fundamental pues, mucho antes de que se diera a conocer toda la información sobre la finca, él había manifestado que Monsalve le había contado que obtuvo esa finca como un “pago” por sus testimonios.
Asimismo, luego de revisar algunas investigaciones acerca de los movimientos financieros de Deyanira Gómez, encontramos otra transacción monetaria de elevado valor. Se trataría de la venta de un bien inmueble ubicando en el centro de la ciudad de Bogotá, y cuyas partes intervinientes de acuerdo al certificado de Libertad y Tradición serían, actuando como vendedores: Jorge Humberto Esquivel Gómez, Luis Hernando Equivel Gomez, Deyanira Gómez Sarmiento y Maria Elizabeth Gómez Sarmiento y como compradores: Lylia Dalia Benavides y Juan Pablo Prado Torres. Lo más curioso de éste último es que éste se desempeñaba como jefe de inteligencia y contrainteligencia del Ejército Nacional, cuando fungía como presidente Juan Manuel Santos Calderón.
Las investigaciones apenas comienzan, y prometen darnos mucho más de qué hablar, pues éste sería tal vez uno de los casos más polémicos y controvertidos en toda la historia de Colombia.
El proceso contra el expresidente Uribe sigue su curso natural en el marco de la justicia ordinaria toda vez que al renunciar a su curul como senador de la República, su expediente pasa a manos del ente competente, es decir la Fiscalía General de la Nación.