El Concejal del irrespeto

El Concejo de Medellín cuenta en la Comisión Primera con el alfil del Alcalde Daniel Quintero. Se trata de Álex Flórez Hernández, egresado no titulado de Derecho de la Universidad de Medellín y quien anteriormente se desempañó como Representante de los Estudiantes de Colombia en el Consejo Nacional de Educación Superior-CESU y Ex-Representante de los Estudiantes de la Universidad de Medellín para el periodo 2014 al 2018.

Esta experiencia en el ámbito académico, pensaría uno, le proporcionarían al concejal argumentos de peso para debatir con ideas en el Concejo las políticas y proyectos con los que no está de acuerdo. Más allá de convertirse en un megáfono irrespetuoso amplificador de los comentarios del alcalde Quintero y un simple inflador de globos destemplados.

El concejal Flórez hace gala de su básica estrategia política, el mismo discurso repetitivo que se ha convertido en un requisito de la izquierda para generar algunos titulares de prensa, difamando al Centro Democrático y al Expresidente Uribe.

En el Concejo nos gustaría escuchar representantes de la sociedad que no solo pongan el cassette ya gastado de la izquierda, nos gustaría debatir a profundidad temas como el de salud en estos momentos, sin embargo Flórez representa a la perfección esa falta de idoneidad y profundidad que se requiere para enriquecer el debate de lo público, ya los ciudadanos no comen cuento de discursos populistas repetitivos y sin argumentos de peso.

Hoy Flórez argumenta, a su modo por supuesto, que Medellín debe traer brigadas de atención cubanas para las mas de mil Unidades de Cuidados Intensivos porque sí. Porque el alcalde Quintero decidió, después de hacer caso omiso al concepto científico del Colegio Médico Colombiano llevar a cabo esta idea, dejando de lado el profesionalismo y calidad de los médicos colombianos.

Inmediatamente hecho el anuncio Flórez cual megáfono dañado se lanzó en contra –otra vez- del Centro Democrático y su líder natural. Reiterando la única salida para debatir del concejal, cosa que no aporta ni suma a la discusión del tema de salud.

Por otro lado los ciudadanos ya no comen cuento y saben que el irrespeto y la falta de profundidad en el debate no aportan nada a la solución de crisis, por esa razón identifican a estos oradores baratos como salarios públicos perdidos y curules desaprovechadas con miras a enriquecer los debates que atañen los temas de actualidad.

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