Daniel Quintero se queda solo, y es su culpa
En los pasados días, de forma independiente, Estamos Listas y el Polo Democrático hicieron una declaratoria política en torno a la administración de Daniel Quintero. Estos manifiestos podrían generar un movimiento político dentro de la corporación y en la ciudadanía.
Partidos como el Polo Democrático –pese a no contar con representatividad en el Concejo– consideró que fue el tiempo suficiente para dar claridad sobre cuál es su posición política (de oposición) respecto a la administración de Daniel Quintero y para el movimiento de ciudadanía feminista Estamos Listas –que en la corporación las representa Dora Saldarriaga– fue un cúmulo de decisiones tomadas en esos seis meses que las llevó a cambiar de lugar de vocería: pasaron de ser de coalición de gobierno a la independencia.
El caso del Polo es particular en cuanto no cuentan con un corporado que ejerza los derechos de la oposición consagrados dentro del Estatuto de la Oposición, pero como dice su militante y excandidato a la Alcaldía, Víctor Correa, “esto no nos impide que hagamos lo que consideramos ético” y, según explicó, como colectividad cuentan con varias herramientas para ejercer la oposición más allá de la corporación. “Tenemos voceros públicos como el representante Jorge Gómez y el diputado Luis Peláez, seguiremos con los ejercicios de veeduría ciudadana y nuestro principal repertorio de lucha ha sido la movilización social”. La situación del Polo fue elevada a consulta a un magistrado del Consejo Nacional Electoral, pero el exministro Guillermo Rivera, asegura que es viable su oposición como organización política contando, tal vez, como único beneficio el derecho a réplica.
En cabeza de Saldarriaga, la independencia de Estamos Listas, aunque no tiene mucho peso dentro del Concejo, sí una repercusión significativa a nivel político de las discusiones que vendrán en la corporación, así como la ciudadanía que el movimiento representa, con gran acogida en los sectores alternativos que vieron en Daniel Quintero la apuesta que querían para la ciudad. En estos seis meses y en la discusión del Plan de Desarrollo, la concejala explica que la agenda feminista de la colectividad y las preocupaciones manifiestas que han alertado no han tenido la acogida y la diligencia que ellas demandan dentro de la Alcaldía, especialmente los temas de cierre de desigualdades, estrategias de erradicación de las violencias machistas y el comportamiento de la Alcaldía con relación a la protesta social.
Sobre la decisión, Saldarriaga es consciente: “no aspiramos a que nuestra declaración genere coalición en el Concejo. Es nuestra postura que por gobierno abierto tomamos acorde a nuestra autonomía feminista”. La declaratoria de ambas organizaciones políticas, independientemente de sus circunstancias, abre un plano a la duda: ¿Es el primer paso hacia una reconfiguración política de los partidos de Medellín con relación al gobierno de Quintero?
Y no es solo la situación del coronavirus que al compaginarse con la situación política de los partidos puede generar ruido y, quizá, afectar la imagen de la Alcaldía y Quintero. Los casos de presunto acoso sexual que le endilgaron al alcalde también fueron detonantes en su momento, pero no trascendieron en las últimas mediciones porque la gente de a pie que respalda a Quintero no consume información de los medios en los que sí hubo resonancia de estos hechos.