Necesitamos más Mabeles Torres
La designación de Mabel Torres como Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación está cargada de simbolismo, no solo es una persona cercana a los territorios o que defiende la biodiversidad y el medio ambiente sino que el tono crítico constructivo de la ministra ya viene siendo necesario dentro del gabinete de Iván Duque.
La científica Mabel Torres llega a este cargo por méritos propios. Sin padrinos económicos ni políticos que la sostengan, no sigue las instrucciones más que de su propia conciencia. Mabel no tiene nada que perder y sí mucho que aportar. No tiene nada que perder desde el punto de vista económico y político. No representa a ningún sector poderoso, ni a ningún partido. Pero tiene mucho que aportar ya que conoce la academia, las poblaciones afrodescendientes e indígenas, los defensores de derechos humanos y ambientales, los movimientos feministas, entre otros, y eso la convierte en un gran insumo para el gobierno.
La voz de Mabel Torres en este gobierno, es sin duda una voz crítica que ya comienza a despertar malestar dentro de los radicales como Londoño, José Obdulio Gaviria o Rafael Nieto. Pero hay que dejar en claro que ella es crítica no con personas sino con un sistema que entraña problemas que han envejecido mal y por eso mismo, creo que está en el Gobierno del presidente Iván Duque. Y no señor Loaiza, Torres no está en el gobierno equivocado.
La voz disonante de Mabel Torres es una voz sincera y poderosa. Porque ella representa a un gran sector de la población, representa a todas aquellas personas que defienden la vida en los territorios, quienes estamos convencidos que el desarrollo no está en las capitales y que las economías del cuidado, la biodiversidad y la diversidad cultural son una tarea pendiente en Colombia. Mabel Torres entiende que optar por un modelo económico que cuida y potencia la biodiversidad no es un tema técnico sino ético y eso no se le puede cuestionar a ningún funcionario público.
Repito que es un gran insumo para el Gobierno Duque, porque Mabel Torres ha hecho de su vida un escenario de empoderamiento social, cultural y económico, visibilizando las minorías y dialogando con ellas desde su conocimiento científico, para dar valor a otras formas de ser y existir en los territorios históricamente saqueados, violentados e ignorados.
Mabel Torres destaca por su humildad y ha recorrido el camino del empoderamiento. Esta “humildad empoderada” incomoda a la arrogancia e incomoda a los estilos y formas de los extremos de este país. Incomoda a la extrema derecha y a la extrema izquierda porque no se agacha, porque dice lo que tiene que decir, porque levanta su voz cuando es necesario.
Por eso ella nos representa. Por eso, estamos muy contentos de que esta mujer incomode, problematice, cuestione. Porque la democracia no es democracia cuando, como lo sugiere el ex viceministro Nieto Loaiza, todos deben hablar con una misma voz, todos deben repetir lo que “el jefe” dice. Contrario a Mabel Torres, Rafael Nieto empobrece el debate, niega las complejidades y las potencialidades de los territorios y por supuesto, ignora que en las voces disonantes está la creatividad, que en las voces críticas están los verdaderos aprendizajes, la verdadera participación, el reconocimiento de los otros, y por lo tanto, el único camino a la justicia social. Por eso necesitamos más Mabeles Torres.