Crecimiento económico y sensibilidad social en el gobierno de un sabio
Por: David Santos.
A diferencia de <<lo político>> para el que el feminismo ha hecho famosa la sentencia “the personal is political” noción a través de la que las demandas de los colectivos y movimientos feministas expresan los valores y necesidades personales de sus componentes; la política institucional que funciona por medio de mecanismos de representación en nombre de los intereses de la sociedad civil no puede verse contaminada por las ambiciones personales, los anhelos de participación gubernamental, los personalismos políticos o los amañados apetitos partidistas porque ésta busca precisamente hacerle frente, entre muchos otros ideales que la pueden sustentar, al desarrollo de un conjunto de actores ciudadanos a partir de decisiones racionales que persigan el mayor bien para todos.
El director nacional del partido liberal, el expresidente César Gaviria, parece estar oponiéndose caprichosamente al crecimiento del país, a las estrategias para la creación empleo, así como a las medidas de alivio financiero y tributario para los más pobres. Según María Isabel Rueda en entrevista con el primer mandatario de los colombianos para El Tiempo al cabo de un encuentro en la residencia Gaviria, los parlamentarios de la tolda roja decidieron retirarle el apoyo al proyecto porque, según entrega algunas explicaciones la columnista, el exmandatario cafetero siente que a su gente la han tratado mal y eso le produce un sentimiento de rabia.
Todo apunta a mostrar que los verdaderos motivos de Gaviria tienen que ver con la negativa de Duque a abrir el frasco de la mermelada gubernamental. Porque la única reforma tributaria que se propuso reducir la carga impositiva para aumentar el crecimiento económico fue la presentada por Gaviria en 1989: el mismo modelo pero diferente posición. Gaviria tienen los ojos cerrados a lo que antes los tenía abiertos y a no ser por las palabras con que interpretaba algún tiempo atrás la participación gubernamental de los partidos como no una dádiva de dulce no puede terminarse de comprender porque en la pasada legislatura la bancada votó la ley de financiamiento y ahora la rechaza, incluso con las introducciones de prerrogativas sociales a los más pobres que la misma concede.
Generar crecimiento, atraer la inversión, aumentar el recaudo, potenciar la competitividad, impulsar y formalizar emprendimientos, promover la creación de fuentes de empleo, fortalecer las herramientas de fiscalización de la DIAN y procurar la equidad son objetivos del proyecto. Y este año, bajo ese marco de normatividad, la economía creció por encima del 3%, la inversión extranjera aumentó un 24% y ha tenido lugar el mayo crecimiento en el recaudo en casi una década, diversos sectores de la producción han mejorado sus números, cerca de 8000 emprendimientos se registraron bajo la figura del régimen simple y las gentes menos favorecidas encontrarán beneficios como la devolución de la totalidad del IVA y la reducción del porcentaje del aporte a la salud para los pensionados de menores ingresos.
El aumento del recaudo, la reducción de la carga tributaria, el impulso del crecimiento, el acrecentamiento de la inversión y el alivio de las demandas de equidad son pilares de esta ley de crecimiento. Las cuestiones no del todo ciertas que en cabeza de Gaviria acusa la bancada liberal han sido respuestas con prudencia y tacto por el primer mandatario en la entrevista que le concedió a Rueda: ni una palabra de descalificación para Gaviria, ningún mal trato, ninguna acusación personal, ausencia de las referencias directas, faltan los resentimientos o una actitud de rencilla.
Duque ha afirmado que no le “gusta personalizar los debates” y ha enumerado una lista características que lo identifican a la hora de tratar los asuntos que conciernen toda la sociedad: prudencia, paciencia, contención en las referencias. Un presidente de todos los colombianos no puede no pensar en el bien de todos y disponerse en rencillas con los actores más cuando está de por medio el crecimiento de la nación y el mejoramiento de la calidad de vida de los más pobres. Un presidente prudente, respetuoso y paciente es un presidente sabio que toma en consideración la totalidad de las cuestiones políticas y sociales para tomar decisiones y construir relaciones.