Alerta: CAR Cundinamarca y asuntos ambientales en riesgo.
En fallo de primera instancia proferido por la Procuraduría General de la Nación a principios de mayo se destituyó e inhabilitó por 10 años al actual director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, Néstor Guillermo Franco González, por incurrir en una conducta que fue valorada como una falta gravísima cometida a título de culpa y desde la que se inferían las irregularidades encontradas en la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales del municipio de Chía PTARII.
Los procesos contractuales adelantados en esta materia por la administración Franco con la alcaldía de Chía y la Empresa de Servicios Públicos Emserchía mostraron, según el ente de control disciplinario, que la empresa no se encontraba en las condiciones para ejecutar el PTARII, pues los estudios y diseños planteados adolecían de la suficiencia para la ejecución del proyecto, toda vez que la obra se vio expuesta a retrasos que no se correspondían con los tiempos fijados en el cronograma y a un reajuste en su costo que casi doblaría su valor original pasando de alrededor de 35 mil millones a poco menos de 63 mil millones de pesos.
En un momento en que la opinión pública pone todos sus reflectores en las contingencias que tomarán lugar en el muy anunciado Para Nacional del próximo 21 de noviembre, la elección de la próxima cabeza de la autoridad ambiental de Cundinamarca no puede pasar de agache tanto por lo que implica los procesos adelantados para el monitoreo del medio ambiente, los cuidados de la fauna y la flora, así como por las decisiones que de las disposiciones de la CAR se deriven en los POT, como también a decisiones trascendentales atinentes a la gestión de los cuerpos de agua y de las reservas protegidas ambientalmente.
Tras la decisión en primera Instancia, Franco puso en marcha una andanada defensiva desde la que se interpuso un recurso de apelación que aún no se ha decidido y según indican algunas fuentes en la Procuraduría llegará antes del 26 de noviembre, día en que se decidirá al encargado de llevar las riendas de la máxima autoridad ambiental en Cundinamarca. Pudiera resultar muy dramático que de ser elegido y ad portas de una segunda decisión desfavorable, la CAR Cundinamarca que con decisiones trascendentales por tomar y con cerca de 4 billones que ejecutar para la próxima vigencia quedase en estado de interinidad y con la reserva Van der Hammen, el río Bogotá y otros asuntos importantes por ser decididos.
Los honorables miembros del Consejo Directivo están llamados a acertar con una elección sabia capaz de valorar el futuro medioambiental de la región para sopesarlo con la perentoria necesidad de una decisión que no se ponga en contravía de los intereses superiores del hábitat. El caso de la PTARII ha revelado, dice la Procuraduría, la violación del principio de planeación, pues el convenio no se ejecutó según la planeación que indicaban los estudios, ni obedeciendo a los costos inicialmente planteados.
Pese a que Franco ha salido a revertir este tipo de informaciones y sentencias en un video en el que asegura que no se postularía para ser re elegido como director de la CAR por haber cumplido a cabalidad el Plan de Acción propuesto en enero de 2016 y aunque ha rechazado la consideración de violación del principio de planeación mostrando que en el proyecto PTARII presenta un avance de más del 50%, la suscripción inició tres años después de la suscripción del documento y antes que nada cualquier situación debió anticiparse antes de la firma del convenio.
Los cundinamarqueses y los bogotanos no tienen porque exponer a sus instituciones ambientales -con tan jugosos recursos que maneja- y a su medio ambiente a la improvisación de una planeación que se aleja de los tiempos estipulados para la consecución de los objetivos de los proyectos y en todo caso aún menos a tener que pagar de más por los proyectos inicialmente convenidos. Lo último que tendrían derecho a merecer sería que la entidad encargada de asuntos de la política ambiental quedase desierta por la persistencia de un candidato que sugiere su nombre a pesar de ser consciente que fallos en su contra podrían ser producidos prontamente. De tener éxito, al aire que respiramos, al agua que bebemos y a la que desechamos podría estar expuestos a riesgos severos.