Paro Nacional del 21 de noviembre: Protesta social e intervenciones ilegítimas III.

Esta columna hace parte de una serie de contenidos dedicados a los aspectos que ilegitiman la protesta social del próximo 21 de noviembre Colombia.

La primera parte fue publicada en este portal y la segunda aquí:

 

Por: Benedicto Truman.

 

La protesta social programada para el 21 de noviembre por el Comando Central Unitario conformado por la Central Unitaria de Trabajadores, la Confederación de Trabajadores de Colombia, la Confederación General del Trabajo, la Federación Colombiana de Trabajadores y la Confederación de Pensionados de Colombia, entre muchas otras organizaciones sociales, utilizan argumentos falaces y faltos de verdad para convocar y despertar los ánimos descontentos de muchísimos colombianos mal informados por las ideologías políticas que rondan los principales centros académicos y los más granados medios de la opinión pública.

 

 

Protesta social y los argumentos falaces que la ilegitiman.

 

Los hitos más sobresalientes de la historia de la humanidad que han marcado grandes cambios han estado respaldados por razones de peso: el hambre del pueblo francés que llevó al derrocamiento de Luis XVI, el desarrollo per-vertido que llevó a la caída de la Unión Soviética, la libertad de las naciones europeas tras la invasión nacional-socialista. La razón sostiene las gestas. En ausencia de argumentos legítimos, las protestas no pasan de ser una masa amorfa que se agolpa a la voz del caudillo sin razón, hordas de enardecidos que piden cambio y no saben para qué.

 

El llamado a parar las actividades productivas para el próximo 21 de noviembre, está lleno de callejones oscuros, algunos de los  que ni siquiera por los tragaluces de la caverna obrera entra la luz de la razón.

 

Organizaciones sindicales y estudiantiles incurren en múltiples falacias. Aducen marchar contra el paquetazo de Duque el cual ─según ellos─ busca reducir en un 25% el salario mínimo para los más jóvenes. La idea no proviene del gobierno. Los primeros días de octubre, el presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Sergio Clavijo, salió a exponer esta perla ante los medios de información nacional. Semana después el primer mandatario la rechazo en estos términos “No estoy de acuerdo porque es casi que decirles que están condenados a que los primeros trabajos sean por debajo de los estándares del resto de la sociedad”.

 

De modo que decir que esta propuesta hace parte del paquetazo de Duque es pescar en río revuelto y hacer uso de una carnaza plástica para atrapar peces envenados. Falaces son las cabezas pensantes de esta protesta o ¿acaso son conscientes de sus argumentos tergiversados y su estrategia política es producir información falsa?

 

Interpretaciones van, interpretaciones vienen. La mal llamada reforma pensional por los paristas, es nombrada por las instituciones gubernamentales como reforma de protección a la vejez y de lo que se trata, aseveran,  es de remover los subsidios de las pensiones altas y no de aumentar el porcentaje base de la cotización. La información que fue reportada en primicia a mediados de octubre por el rotativo económico El Portafolio, fue desmentida días después por portavoces de las carteras de Hacienda y Trabajo. Amanecerá y veremos si aquella información filtrada no hace parte de un complejo de noticias falsas echadas a andar en los medios para soportar el proyecto político de los paristas.

 

Validos de estos dos pequeños ejemplos es lícito proponerse mostrar los argumentos que ilegitiman la racionalidad que convoca la protesta social del 21 de noviembre. Sin razón no hay justificación. Sin razón no hay motivos para parar. Tristemente,  quedarían así los manifestantes en manos de los propósitos intervencionistas  las fuerzas políticas extranjeras y del ánimo de los violentos que desde ya anuncian participarán de las marchas.

 

Tristemente el ejercicio democrático de la protesta social pacífica está manchada por violentos, los proyectos panamericanos de izquierda y los argumentos falaces de promotores.

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