Tierra, agua y aire: a la carga en el menor tiempo.

Por: Benedicto Truman.

Uno de los elementos que permite elevar el nivel de vida, aumentar el bienestar e incrementar el consumo es el transporte de los bienes que producimos y consumimos. Tal como lo reconocía hace algún tiempo el  entonces presidente de Colfecar Juan Carlos Rodríguez, entre el 20 y el 30% del costo final que los consumidores pagan por los productos obedece  a la logística del transporte. Por tal motivo los gobiernos se afanan tanto por construir la infraestructura necesaria para que la economía conecte los diversos sectores y actores que toman parte en la cadena productiva.

 

Comúnmente la opinión pública hace eco de la locomotora de la infraestructura que jalona la conectividad, la competitividad y productividad de una economía en desarrollo como la nuestra. Se nos escapa que existen otros modos que sirven a la complementación del transporte, para hacerlo más rentable y eficiente. Agua y aire se aúnan al modo terrestre de transporte para ofrecer soluciones conectivas ágiles que benefician a todos los actores económicos –productores y consumidores-.

 

Ángela María Orozco, la ministra de transporte del gobierno Duque, ha declarado desde Barranquilla  en la apertura del diálogo que lanza la licitación de la APP del río Magdalena,  que el modo ‹‹carretero››  de transporte necesita complementarse con los demás modos para hacer más competitivo, rentable y eficiente el transporte en Colombia. Parafraseando la jefa de la cartera, no hay lugar al desplazamiento de un modo por otro sino a la sinergia que pueda responder a las contingencias como la que en 2016 tuvo parado al país por las protestas que bloquearon vías y que afectaron al PIB en 3 puntos porcentuales.

 

El país está llamado a planear y ejecutar un sistema de transporte que disminuya el tiempo que toma transportar las mercancías por las diversas y en algunos casos difíciles geografías nacionales. Esa reducción implica una mejora en la productividad que tiene como resultado una incidencia favorable en los indicadores económicos. La intermodalidad de los sistemas y procesos de transporte se adelanta para andar en la persecución del objetivo de la eficiencia para el crecimiento económico,  y es menester una estructura pensada en ‹‹tierra, agua y aire››.

 

Un transporte eficiente ejecutado desde la intermodalidad considera variables como los combustibles, la infraestructura, los peajes, las zonas de transferencia de carga de un modo a otro de transporte, los tiempos, las vías terciarias, los puertos y terminales aéreos. Un engranaje complejo.

Desarrollar los modos y la infraestructura técnica de los nodos de transferencia es vital para la reducción de los tiempos. Adelantar las vías terciarias que sirven para  transportar los agro productos, sector de primer orden de la economía colombiana, nos lleva a una mayor eficiencia en la conectividad del campo con la ciudad. Así las cosas la mirada proyectiva debe fijarse en el tiempo requerido para la transportación, pues es éste el que incide en que haya lugar a menores costos y al aumento de la productividad.

 

El desarrollo de las condiciones que propician una intermodalidad más efectiva sienta sus bases en la eficiencia en términos de reducción del tiempo, la productividad y el crecimiento económico. La planeación gubernamental de un sistema complejo de transporte vindica mejores resultados económicos y una alternativa para estar preparados ante las tomas de las vías de transporte terrestre por las manifestaciones de la protesta social.

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