Coviandes se enriquece con los peajes más caros en la vía más destrozada del país
Nada ha cambiado en la vía al Llano desde hace 25 años, cuando el Gobierno colombiano le adjudicó a la Concesionaria Vial de los Andes (Coviandes) S.A.S. la construcción de 85 kilómetros de vía para conectar Bogotá con Villavicencio, puesto que la compañía solo se enrique con los peajes más caro en la vía más destrozada y con más riesgos desatendidos del país.
Son 85 kilómetros de carretera con 136 puntos críticos, 11 de ellos con altos riesgos de deslizamientos -que han ocurrido-, que no generan interés de acción preventiva de esa empresa, propiedad de Luis Carlos Sarmiento Angulo.
¿La razón? Esa cláusula, para el manejo de taludes y prevención de derrumbes, no fue incluida en el contrato del 94, un importante argumento que han usado las comunidades asentadas a lo largo de esos 85 kilómetros con respecto al proyecto de uno de los corredores viales más importantes de Colombia.
Es decir, el responsable de todo el caos los riesgos montañosos quedó en manos del gobierno del expresidente César Gaviria, en sus últimos días y así pasó de gobierno en gobierno hasta la gestión de Juan Manuel Santos.

La consecuencia de esa monumental falla son los múltiples y fatales accidentes de tránsito ocasionados por levantar estructuras en ambientes no controlados, además de episodios catastróficos como el desplome del puente de Chirajara (km 46) en 2018, un diseño de 280 metros de altura que ganó el Premio Nacional de Ingeniería y que dejó 9 muertos y 8 heridos.
A la par de eso, Coviandes se hace con el dinero de los conductores que usan la vía, al cobrar el peaje más caro del país.
Vehículos de categoría 1, como automóviles compactos hasta microbuses de llantas sencillas, pagan 38.700 pesos por cruzar esa carretera de 85 kilómetros.
Boquerón: $ 11.900
Naranjal: $ 10.200
Pipiral: $ 16.600
Construcciones inestables
Coviandes también parece ejecutar otros trabajos de gran envergadura sobre terrenos inestables, como es el caso del tramo 5, que comprende los kilómetros 46, 59 y 70; donde hay 70 sitios vulnerables y por donde se construye túneles correspondientes a ese proyecto de la nueva Vía a Oriente.
En 25 años de obras irregulares, una obra que debió costar 79.000 millones de pesos, pasó a tener un valor de $ 8 billones, mientras que la estabilización tan solo del tramo 5 cuesta más de 150.000 millones de pesos que el Gobierno dice no tener. Apenas llega a los $ 35.000 millones.